El regreso de los nómadas.

Trabajo nómada
En primer lugar, creo conveniente invitaros a que leáis un tremendo (por lo magnífico) artículo en el periódico The Economist, publicado el pasado 10 de abril, y del que tuve conocimiento gracias mi lectura periódica a otros blogs (no pongo el enlace porque no sólo lo he leído en uno de ellos, sino en varios en muy poco tiempo).

Particularmente era la primera vez que escuchaba emplear el término «Nómada» en este sentido de trabajo sin barreras físicas, sin horarios preestablecidos y conexión entre compañeros, proveedores y clientes vía gadgets electrónicos tipo Blackberry, ordenador portátil, palm, iphone… etcétera.

Hace un tiempo se puso de moda el trabajo desde casa, posteriormente pasó a primera plana de los titulares de periódicos la conciliación de la vida familiar y laboral y últimamente se comienza a hablar de nomadismo.

Resulta que hay una agencia de publicidad y de marketing on-line en Alicante que lleva ya algún tiempo funcionando así. Existe un espacio físico en el centro de la ciudad donde periódicamente se reúnen técnicos en marketing y comunicación, ingenieros informáticos, creativos, diseñadores, programadores. De esas reuniones salen planes específicos de trabajo y con un plazo de entrega definido (hay! que sería de nosotros sin los plazos de entrega). Luego, cada uno de ellos puede desarrollar ese trabajo en su casa, en el parque, en la playa con sus hijos o puede utilizar ese espacio físico dentro de la ciudad. Como cada uno de ellos prefiera.
La comunicación entre reunión y reunión se hace por multitud de canales: e-mail, sms, telefónicamente, messenger, colgando el desarrollo de cada uno de los trabajos que se ha de compartir en el Google Docs… en definitiva, cada uno es libre de trabajar como más a gusto esté.

Todo ello sin olvidar que no hay ningún proyecto que se pueda llevar de forma independiente y encerrado en una burbuja, por lo que se siguen estableciendo las mencionadas reuniones periódicas donde se evalúa lo realizado y cada miembro del grupo de trabajo propone nuevos proyectos y se ponen en común nuevas ideas.

Creo firmemente en ese modo de trabajar, apuesto por la eficiencia del mismo y confío en que será el futuro del trabajo de aquí a poco tiempo en multitud de organizaciones.

Y si a algún nómada se le atraganta esa fórmula de trabajo (los Crackberrys tal y como los nomina The Economist en su artículo) me da la sensación de que no será problema de dicha fórmula laboral, sino del propio trabajador.