A pesar de la situación actual tengo la intención de comprarme un coche, para el que me falta un importe determinado. Se me ocurre ir al banco en el que tengo la hipoteca, domicilada la nómina, el que me hizo firmar un seguro de vida y de vivienda y donde tengo domicilados recibos, etc… el Banco de Valencia, oficina de la Avenida de Aguilera en Alicante.
El importe que solicito no es en absoluto descabellado, no llega ni a la mitad de lo que cobro yo sólo (excluyendo a mi mujer) en un año.
Rápidamente me confirman que la operación es aceptada pero que «al estar intervenidos» necesitan que contrate «más cosas» en total 2 seguros de vida (uno para mí y otro para mi mujer) y un seguro de decesos... en total 500 euros más al año. Así, sin más, sin posibilidad de negocación. Les comento que yo estaría interesado en un plan de pensiones y que no tengo problema en «vincularme» más, pero claro en algo que me interese.
No dan opción, pero tienen la desfachatez de decir que el importe de los seguros los meten dentro del préstamo «para que no tengamos que pagarlo de nuestro bolsillo«. ¿que no lo pago de mi bolsillo? ¿quién lo paga entonces? No sólo lo pago de mi bolsillo sino que además quieren que pague intereses por ello. Encima nos tratan de gilipollas.
Es decir, para un préstamo, con perdón, de mierda, no sólo quieren ganar los intereses de dicho préstamo, sino que quieren que contrate los seguros que a ellos les de la gana (evidentemente con el que ganan más comisión) pasando olímpicamente de qué necesito yo como cliente.
Vincular la contratación de seguros a la concesión de un préstamo es una práctica denunciada por la Asociación de Usuarios de Banca (Ausbanc) en diversas ocasiones, pero los bancos están por encima del bien y del mal.
Argumentar que lo tienen que hacer «por estar intervenidos» es hacer recaer (una vez más) la pésima gestión del Banco que les ha llevado a la bancarrota en el cliente. Es decir que ellos derrochan y hacen un agujero financiero enorme y encima quieren que lo sufraguemos nosotros. Si a eso le añadimos la falta de estilo que tuvo Antonio, el director de la oficina, cuando quedó con nosotros para «hablar» sin tener consideración ninguna con ciertos problemas de horario que le comentamos para luego no aparecer por la oficina y que su «mano derecha» en la oficina, Jorge Arnau, pasa olímpicamente de lo que le comentamos manifestando total indiferencia a nuestras solicitudes, hace que no sólo la gestión de la oficina de la Avenida de Aguilera del Banco de Valencia (Alicante) esté en entredicho en términos de marketing y comercialmente hablando, con un trato más del siglo IXX que del actual, sino que me confirma que el futuro de dicha entidad, o al menos de dicha rastrera oficina, esté claramente enfocado a la desaparición.
Procedo a trasladar mi nómina y todo lo que tenga contratado con ellos a otra entidad que al menos sea «normal» y que tenga en el trato al cliente su principal capital. Ya me da igual medio punto más o menos en el tipo de interés, pero creo que el cambio en el modelo productivo de la sociedad actual obliga a que todas las organizaciones tengan un poquito de deferencia por lo que necesita el cliente, y no seguir con prácticas usureras. Por supuesto haré la consulta pertinente en AUSBANC por si es procedente la denuncia, la lástima es que casi todo han sido conversaciones y muy poco «negro sobre blanco»
De sobra sé que mi baja en dicho banco no les hace ni cosquillas, pero si por lo menos consigo con estas línas que llegue a alguien mi mensaje y que no se le ocurra ni entrar a la citada oficina, me daré por satisfecho.
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